Queremos Halloween…
Por César Omar @mbacesaromar
Hoy es 31 de Octubre, último día del décimo mes del año. No es uno más en el calendario. Es el día festivo no religioso más grande de la Unión Americana, por encima del día de San Valentín y la Semana Santa. Hoy se conmemora el Halloween.
All Hallows Eve o Halloween, es un término anglosajón cuyos orígenes surgen en Inglaterra e Irlanda y no en los Estados Unidos como suele pensarse debido a la gran celebración que tiene lugar en dicho país. La noche de brujas o víspera de todos los santos mezcla tradiciones paganas y cristianas, ya que conjuga la cristianización de la fiesta del fin de verano celta “Samhaim”, cuya duración era de tres días y daba comienzo el 31 de Octubre, con el cambio de fecha del día de todos los Santos, por parte del Papa Gregorio III durante el siglo VII, trasladando así el festejo católico del 13 de Mayo al 1 de Noviembre.
Esta noche celebramos entonces, un legado europeo americanizado en su versión moderna. Una herencia en la que se adornan las casas, escuelas y oficinas en alusión al día de brujas donde resaltan los colores negros, morados y naranjas. Los calderos, las calabazas y demoniacos seres andan por doquier sin mayor reparo. Así también lo hacen los miles de fieles devotos en Latinoamérica, niños y grandes hoy visten sus terroríficas máscaras y estilizados disfraces. Los primeros, van de casa en casa con una cesta en mano pidiendo Halloween o gritando “dulce o truco”. Los segundos, se presentan en discotecas, bares y fiestas privadas en sintonía con la noche oscura y malévola.
Esta noche recordamos la vida después de la muerte. Representamos y personificamos uno de los más grandes temores de los únicos seres racionales que sabemos algún día finalizarán su existencia, su paso y tránsito por esta tierra mundana. Mañana tocará rendir culto a todos los santos, dando paso un día después al recuerdo de todos aquellos que partieron, a los que ya no están entre nosotros, “los difuntos”.
Algo especial posee nuestro país con respecto a la muerte, un toque único y particular que nos diferencia de las demás naciones. Aquí visitamos a nuestros seres queridos en sus tumbas, llevamos fotografías y, por supuesto, guisos y bebida favorita de los que pasaron a mejor vida. Honramos así su memoria y recordamos cómo eran nuestros queridos finados cuando aún respiraban antes de convertirse en polvo.
Iglesias y panteones abarrotados estarán,
peregrinaje y tradición que algunos optarán.
Nadie sabe lo que hay al cruzar el umbral,
al partir de esta vida terrenal.
Lo cierto es que no hay un cuerdo que lo quiera descubrir por propia voluntad.
Será pues un enigma, un misterio por descubrir,
en la hora y fecha que así se tenga predestinado a cada uno cumplir.