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Muy apreciable huésped: Compartimos una breve reseña sobre el Pocito de la Virgen.

Corría el año de 1662 en el pequeño poblado de San Juan de los Lagos. A mitad de aquel año, el día 23 del sexto mes para ser exactos, en la espera del día de San Juan Bautista, Don Juan Contreras Fuerte, capellán mayor, caminaba por las orillas de un arroyo. Entonces el agua era un bien escaso y de difícil acceso para la población. Acto seguido, Don Juan observó como una niña intentaba clavar una estaca en una roca en ánimos de extraer algo de agua de la misma. Se cuenta que el capellán se dirigió a la menor diciéndole: “Tienes más fe que yo”. Al próximo día, quien evidenció la tenacidad de la pequeña volvía al lugar de los hechos pero esta vez acompaño con un obrero de la construcción. El cual hizo una pileta en la roca en la que la infante estuvo golpeando el día anterior. Contreras Fuerte mientras tanto rezaba a la Virgen. Con el avance del peón en la obra, comenzó a emanar de ese mismo lugar el vital líquido que tanta falta hacía. A partir de ese hecho se mandó a levantar un pequeño templo en honor a la Virgen.

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